Hace un tiempo leo articulos y opiniones de Tal Ben Shahar. En su gran mayoría estoy de acuerdo con sus ideas. Una de ellas es sobre como podemos contribuir a la felicidad de los niños.
La niñez, es la edad crítica de formación de opinión y drivers de como va a funcionar ese humano.
Una buena forma de crearle una forma de analizar la realidad mas sana se grafica con este dialogo entre Tal y la periodista Marcela Escobar, del Mercurio.

¿Es posible entregar a los niños herramientas para que sean más felices?

– Cada noche antes de irse a dormir le pregunto a David, mi hijo mayor de cinco años, ¿qué fue divertido hoy? Él me responde y me pregunta y a ti, ¿qué te divirtió? Es un ritual, un hábito que hacemos todas las noches. Alrededor de la mesa de la cena, uno debe preguntarles qué cosas del día estuvieron difíciles y qué fue lo bueno. Aprenden a ver la realidad como un todo. Quejarse es importante, pero también lo es apreciar lo bueno.

Es muy importante hablarles del esfuerzo que conlleva trabajar duro, más que decirles eres tan inteligente, tan talentoso. Porque cuando les decimos eso ponemos presión en ellos y comienzan a sentir miedo de fallar. Si le dices has puesto esfuerzo en esto, y luego fallan, no importa: trabajarán incluso más. Estos errores los cometen los padres con muy buenas intenciones. Lo mismo ocurre si ni lo hacen bien. Si no les va bien, debes decirle no trabajaste lo suficiente, puedes hacerlo mejor si pones más esfuerzo. Se trata de poner el foco en el viaje más que en la meta.